El interés por las bicicletas eléctricas ha aumentado enormemente en doce años. De una participación del 6% en las ventas totales de bicicletas en 2007, las ventas de la bicicleta eléctricas aumentaron a una participación no inferior al 42% de las bicicletas nuevas adquiridas en 2019. La pandemia de coronavirus y las medidas que la acompañan han dado un enorme impulso a las ventas de bicicletas eléctricas. En mayo de 2020 se compraron no menos de 58.000 nuevas e-bikes, lo que supuso un aumento del 38% en comparación con 2019. Esta es una buena noticia porque la bicicleta eléctrica facilita el ciclismo de largas distancias, haciendo que el umbral de desplazamiento de estas distancias sea más bajo.
La iniciativa gubernamental «Tour de Force», lanzada en 2017, tiene como objetivo hacer más atractivo el ciclismo y encontrar soluciones inteligentes a los retos asociados. La agenda de ciclismo consiste en ocho temas, uno de los cuales se refiere a «grupos objetivo específicos de ciclismo». Entre los grupos objetivo específicos se incluyen los ciclistas que se desplazan diariamente. Casi el 50% de los empleados que viven en un radio de 7,5 kilómetros de su trabajo siguen yendo al trabajo en coche. El gobierno estimula a los empleadores a proporcionar buenas instalaciones para el ciclismo y a conceder un subsidio por kilómetro a los ciclistas, para que estos empleados utilicen sus bicicletas más a menudo. Con la introducción de la bicicleta eléctrica, este radio de 7,5 kilómetros puede ampliarse a 15 kilómetros, lo que aumenta considerablemente el número de empleados que pueden ir a trabajar en bicicleta.